La era de los arquitectos estrellas, arquitectos famosos que pretendían realizar obras deslumbrantes sin mayor preocupación por el entorno, perdió su ya disminuido significado en el mundo pospandémico. La búsqueda de la convivencia con el medio natural, la colectividad y el pensamiento integrado están más vivos que nunca y se consolidan como parámetros de la nueva arquitectura contemporánea. Ya sea por el deseo de superar la falta del otro impuesto por el aislamiento social o por la urgencia de articular respuestas a los problemas sociales y económicos, es necesario practicar nuevas perspectivas para construir espacios más acordes con el momento actual.
La puesta en valor de los espacios públicos es, sin duda, el principal punto de partida en el entorno urbano. La gente tiene hambre de contacto con la naturaleza y necesita lugares abiertos para reunirse de forma segura. A esto se suma la percepción de que, sin estas rupturas y un sentimiento de pertenencia al mundo natural, es más difícil lograr calidad de vida y combatir los síntomas de ansiedad y depresión que están muy extendidos a nivel mundial.
Creemos que la arquitectura nunca ha tenido más demanda para desempeñar un papel articulador, poniendo en perspectiva los temas para conciliar las inquietudes sociales y ambientales, el desarrollo económico y la valoración del patrimonio, la calidad de vida y la convivencia colectiva. Es hora de abrazar este conocimiento y así alcanzar todo el potencial de transformación que nos ofrece el mundo pos-Covid.
Imagen: foto aérea del proyecto de la Terminal de Autobuses y Alrededores de São Luís, MA